Director de USAER
Cambios de centros de trabajo: Una huida permitida.
En nuestro sistema educativo es un derecho los cambios de
adscripción, sea para cambios de escuelas dentro de la misma zona,
fuera de esa zona o incluso a otro estado de la república, en el caso de
quienes laboran en el sistema federalizado.
Pueden ser por permuta o incluyéndose a un proceso anual de
este tipo de movimiento.
Hay quienes hacen sus cambios de adscripción por razones muy
personales, por cambios de domicilio, por acercarse a su domicilio, porque así
conviene a la organización familiar o por razones laborales, sea por 👉mobbing, presión laboral extrema, etc., es decir, por
salud mental, deciden apartarse de ese colectivo docente en que se encuentran.
Y esto último sucede muchas veces, sea por conflictos con el personal de la escuela, porque hubo roces con el directivo o porque en esa zona se toman medidas que, para esa persona, las considera arbitrarias, no obstante que las autoridades justifiquen ese hecho con la normatividad vigente.
Todos
sabemos que en cualquier ley o reglamento están sujetas a la interpretación de quien intenta aplicarla o
de quien se quiere valer de tales lineamientos para realizar posibles
atropellos. De allí la necesidad de un tercero que ayude en la mediación, que
podría ser un sindicato, el Tribunal de Arbitraje y Conciliación o incluso la
propia CNDH.
Aunque pocos docentes se atreven a recurrir a estas
instancias, sea porque han perdido la fuerza que tenían antaño, hablando del
sindicato, o por el proceso burocrático al que se sometería en caso de una denuncia, además del desgaste emocional.
De hecho, hay escuelas o zonas que se vuelven de tránsito, sea porque están en localidades foráneas alejadas de la metrópoli o por tornarse conflictivas, aunque también hay otras con altas demandas por parte de directivos o personas que ejercen un liderazgo directivo y autoritario en esas zonas escolares.
Al entrevistar a docentes que decidieron cambiarse de zona en su función directiva se menciona la “carga excesiva de trabajo, tratar de implementar mil cosas a la vez y sentir que no aterrizas en ninguna”.
Así como
la “dificultad de empatar con las estrategias de aplicación pues se “rebasan tiempos
laborales y es necesario realizarlos más allá de ello, lo que afecta la vida personal-familiar,
en un afán por alcanzar los estándares que (ella/el: supervisor) considera.”
Respecto a ese acelerado ritmo de trabajo se dice: "en muchas ocasiones se enciman actividades o se empieza a presionar sin contextualizar lo que pasa en cada centro de trabajo o considerar los ritmos, que son distintos en los diferentes colectivos docentes"
Buscando el diálogo, alguien menciona "...yo hablé en varias ocasiones...incluso lo mencionaba en reuniones, mi petición de llevar un paso a la vez... ante la petición...sí hacía ajustes unos meses y después se volvía a reactivar ese ritmo que en lo personal no alcancé"...
No obstante, otro directivo menciona "Cuando ya cambié de zona escolar me sentí con menos presión de trabajo y mi alto compromiso con la educación es el mismo siempre"
Y bueno, hay directivo o supervisores que se consideran unos excelentes directivos porque se ajusta al 100% a la normatividad y quieren cumplir con lo que marcan los Planes y Programas de estudio, así como TODO lo que se derive de la SEP, la SEJ y sus autoridades inmediatas superiores, sin tomar en cuenta los contextos de sus escuelas o zonas escolares. la diversidad que hay en un colectivo docente .
Ejercen un liderazgo autoritario en mucha ocasiones, otras se vuelven muy democráticos o, si las cosas convienen, "algo" permisivos, aparentando una supuesta comprensión de las situaciones.
Sin embargo, es bueno que se pongan a analizar qué tan asertivos son en su liderazgo cuando observan que hay personal directivo o docentes de esa zona escolar que optan por un cambio de adscripción.
Es revisarse y reflexionar al respecto, aunque pudieran sentirse complacidas o complacidos con esas situaciones, pues están enraizados en una postura endiosada de su función.
En vivir en esa afición narcisista de mirarse en los reflectores, de sentir que su Centro de Trabajo o zona escolar es quien lleva la batuta de lo nuevo en lo educativo, del emprendimiento, de destacar a costa de los demás.
Si las cosas son así, pues no queda otra alternativa que la huida permitida, si es que hubiera la ocasión, de lo contrario, ir haciendo cita con algún profesional de la salud mental.
Hasta la próxima.
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Muy cierto y acertado! Además de un trato agresivo y generar un ambiente por demás hostil, con la bandera de "cultura de paz e inclusión" y quedando muy lejos de la práctica cotidiana, de la humanidad. Con modelos de liderazgo hostigantes y rígidos. Mil gracias maestro por hablar de un tema medular con tanta perspicacia y tan claro.
ResponderEliminarCabría reflexionar, las personas que se cambian a una zona a 8 cuadras de la otra, caso real, en el 2019... Al rededor de 30 profesionistas.
La resistencia a cambiar de esquemas de liderazgo es un tema de autoreflexion, hoy por hoy se cuenta con otros referentes existentes y necesarios, como el liderazgo situacional, o de los directores exitosos de Anderson. Saludos.
ResponderEliminarTambién se da el caso del supervisor que invita amablemente a que alguien se cambie de zona, por "no tener las competencias" que él necesita. Y en caso de que se niegue, viene la sucesión interminable de maltrato colmilludamente velado, indiferencia profesional y personal, comentarios ridículamente generales de mal desempeño, que van directo al susodicho, sin que pueda probarse nada de eso, puesto que se echa mano de todo el bagaje de artimañas construido en años y años de manejarse al amparo del charrismo y el uso de las leyes a modo y convencieramente interpretadas.
ResponderEliminarMuy cierto!! De acuerdo en lo que se menciona, existen situaciones personales o laborales que te obligan a generar esos cambios de zona.
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